-¿Alo? 

-¿Donde estas hija? 

-En casa de una amiga, cerca de la universidad ¿por que? 

-¿Tienes clases? 

-Si. 

-Al salir toma un taxi a la casa, Sol te lo pagara. 

-Esta bien ¿que pasa? 

-Nada. 

Eran las doce del mediodia, en mi casa antes de yo salir todos daban vueltar en el lugar porque ya sabiamos que mi tio no tenia muchas esperanzas de vivir, yo tuve ese dia que salir hacer diligencias y luego a la universidad, ahora pienso en que debi quedarme pero tenia examenes. 

Se hicieron las 5, y sali para mi casa, al llegar todos estaban callados y me veian, mi papa me abrazo, ya sabia que iba a pasar. 

-No llores papi, mi tio esta en mejor lugar, el nos hara falta pero siempre estara con nosotros. 

-Oh hija, lo siento. 

Ese dia no pude llorar, si lo hacia mi papa enfermaria y MEV sabe lo que hubiera pasado, todos llegaban, llorando y con los ojos hinchados, familia de todos lados llegaba y llegaba, mientras yo arreglaba los cuartos donde se quedarian y la comida que se necesitaria, mi mama de encargaba de la funeraria y cosas mas importantes, cuando alfin llegaron, directo a la funeraria, tampoco pude llorar, lo vi junto a mi tia, y solo sabia consolar. 

El dia siguiente tocaba ir a la cremacion, una caravana de muchos carros detras de la carroza funebrebe y mucha gente ya hinchadas de tanto llorar, yo solo recordaba a mi tio, como si ese funeral no era de el, lo sentía de viaje, que seguro pronto llegaria con muchos regaños, historias y detalles, pero no era asi, antes de entrar a la cremacion vi su urna, de lejos empezaron a caer las lagrimas. 

¿Y ahora quien me regañara?¿quien me aconsejara?¿quien me dara chocolates?¿quien me acompañara a fumar?¿quien se quejara como el de mi comida? Ahora solo me queda extañarlo. 

QEPD Ivan Montoya. 

El viejo soñador.    

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